Sí, lo sé, parece un jeroglífico, pero es la realidad viajera de los últimos 7 días, regreso a las andadas o más bien a los movimientos desacompasados e ilógicos salvo por las necesidades de ver y tocar y conocer.
En una semana he visitado 6 aeropuertos, parece absurdo, mucho más que el anterior papa en sus buenos días. Todo para visitar familia y más familia y viento y frío.
El martes aterricé en ZGZ
Jueves a Paris, más bien a una hora de Paris, al norte, a Beavuais, por unos módicos 8 euros de avión y 15 de autobús… (algo lógico hoy en día)
A parte de dormir en el salón de la casa de mi tata Leyre, incluye la visita a algunos lugares turísticos…
un rato de descanso…
un árbol… de hierro al que volví a subir andando hasta el segundo piso, hacía frío y subir arriba era un poco demasiado, pero pasear entre ferralla siempre es bonito, así, desde el segundo piso pude hacer una foto del Campo de Marte.
El resto de los paseo me dieron la oportunidad de comprobar como, en estos casi 10 años desde la última visita, finalmente las bicis están venciendo en parís, hay carriles bici por todo, menos agresivos que los de Barcelona y con una férrea normativa que prohíbe circular por la acera, algo lógico y bueno, así que a pesar del frío y las cuestas, la gente se mueve en bici de alquiler, bicis de paseo, de piñón fijo o lo que caiga en sus manos… a ver si puedo ir a la Velorution.
ya os avisaré si llego :D